lunes, 16 de diciembre de 2013

Samuel

Esta es una pequeña historia, solo un pequeño grito más en la sopa que...

Todas las personas tienen problemas, es común tenerlos, algunos suaves, otros fuertes, algunos por causa de la propia estupidez del individuo y otros solo llegan, sin buscarlos, sin hacer nada, como si fuera tu precio especial a pagar por vivir.

Cursó al 5to grado de educación primaria, un niño muy listo, estudioso, llamado Samuel. Tímido, tranquilo, de piel blanca, cabello oscuro y ojos cafés con pequeños problemas en su aspecto facial. Provenía de una familia católica, por lo cual el era religioso, muy creyente.

Al cursar a 5to grado sus padres decidieron cambiarlo de colegio por gastos y en la mañana de su primer día de clases, Samuel se sentó al final, pues seguía siendo un chico tímido. La profesora le pidió que se levantara para que todos lo vieran, y el se levantó con una gran sonrisa en el rostro, pero al ver la actitud de sus compañeros,  dejó de sonreír y se sentó de nuevo.

Así pasaron varios días, hasta que decidió involucrarse un poco y habló con una de las niñas, se llamaba Daniela. Ella demostró amabilidad e interés por Samuel, pues indagó sobre su personalidad y como era su antiguo colegio durante varias semanas en el receso, mientras compartían sus dulces sentados hablando. No fue hasta un mes después cuando los demás niños comenzaron a regar el rumor de que Samuel y Daniela eran novios, y puesto a que Samuel no era un chico con físico atractivo, Daniela lo negó, comenzó a hacer muecas en señal de asco y se alejó de él.

A partir de ese momento, Samuel se vio sometido a burlas y desprecios por parte de sus compañeros todo el tiempo. No los tomaba en cuenta, simplemente se iba solo y se sentaba en algún muro lejos, mientras sus compañeros le arrojaban comida, zapatos, rocas y otras cosas. Y cuando llegaba a su casa, decía que todo estaba bien, hacia su tarea y se encerraba en su habitación a llorar.

Un día Samuel se quedó hasta tarde en el colegio porque tenía clases extras para hacer su tarea, estudiar y lo que sus padres más esperaban, que socializara.

Samuel iba por uno de los pasillos del colegio con su envase de comida en las manos, directo al comedor a almorzar cuando dos chicos de su grado lo vieron, provocando que entrara en pánico e intentara devolverse. Uno de los chicos lo sujetó del cuello mientras que el otro golpeó el envase de comida hacia el suelo y lo pateó con todas sus fuerzas, provocando que toda la comida volara por el pasillo. Cuando ya estaba todo hecho, los chicos empujaron a Samuel contra el suelo, lo patearon y se fueron antes de que los pillaran.

Samuel terminó bañado en lágrimas y con dolor en su cuerpo y antes de que llegara algún profesor, recogió toda la comida que pudo y la guardó de nuevo en su envase para que no vieran el pasillo sucio, luego botó el envase en la basura y se fue. Nadie lo vio. Él solo llegó a su casa y durmió con hambre.

Días después, comenzaron fuerte rumores sobre la sexualidad de Samuel, ya que en los recesos se sentaba solo a comer en una esquina, donde la mayoría de las veces las niñas de su grado comían y hablaban sobre chicos y esas cosas. Un día un chico de su grado fue a la esquina y le dijo "Eres un maldito gay" y lo pateó en la rodilla. Samuel se sostuvo la rodilla llorando mientras el chico se alejaba y al pasarse el dolor, Samuel se levantó, tomó un palo que andaba libre en el suelo y lo golpeó por la espalda haciéndolo caer. Y ya en el suelo, lo golpeó repetidamente hasta hacer su cabeza sangrar. Cuando vió sangre, Samuel se fue asustado, corriendo a la capilla del colegio, se arrodilló en uno de los bancos y comenzó a rezar mientras lloraba de manera muy escandalosa.

Los padres de Samuel recibieron una llamada telefónica de la institución, comunicándoles todo lo que había sucedido. Samuel solo se había salido de control y le había fracturado el craneo a uno de sus compañeros. Fue reprendido y castigado por sus padres sin ser escuchado, pues estaba mal golpear sin razón a un niño.

Después de ese hecho, Samuel todos los días después de clases iba a la capilla a rezar, a hablar con Dios, a disculparse por lo sucedido con su compañero y pedirle que le diera el privilegio de morir.

Fue entonces en la clase de biología, cuando hablaban del cuerpo humano y una de sus compañeras preguntó como era posible que el ser humano tuviera zonas tan delicadas que le causasen la muerte y para responderle, la profesora señaló varias de ellas, como las venas, que si por alguna razón llegasen a ser cortadas, podrían causar que el cuerpo se desangre. Otra zona, podrían ser los pulmones, ya que al dejar de entrar oxígeno en ellos, el ser humano solo dejaría de respirar. También tenemos los diferentes órganos internos, que pueden ser lastimados, pero eso solo ocurriría en momentos críticos.

Bajo ya unos cinco meses de maltrato por parte de sus compañeros, Samuel dió inicio a su primer intento por morir. Estaba desesperado y en medio recreo tomó una roca y la arrojó a la cabeza de uno de sus compañeros más molestos y corrió al anfiteatro del colegio.

Todos los niños lo persiguieron y cuando lo consiguieron lo golpearon hasta no poder más. Lo patearon, lo golpearon, lo arrojaron contra las paredes y lo desnudaron. Samuel terminó con muchos moretones, rasguños y rotos en el cuerpo, pero nada más, así que falló.

El siguiente intento fue en su casa, pues Samuel se encerró en su habitación, se sentó en el suelo y trató de aguantar la respiración por varios minutos, pero no podía, se le hacía muy difícil el dejar de respirar, así que  Samuel buscó una bolsa y la amarró el rededor de su cuello, pues había recordado cuando su madre le decía que introducir su cabeza en bolsas era peligroso por la falta de oxígeno, así que lo intentó, pero después de una hora, siguió respirando y perdió el sentido de lo que hacía.

Su último intento, fue en la capilla de su colegio, en la cual se encerró para que nadie pudiera entrar. Rompió el espejo que se encontraba en la sala, tomó la cruz y se sentó en el medio de la sala. Presionó la cruz con todas sus fuerzas mientras que sujetaba llorando el vidrio con su otra mano. Samuel lloraba, y lloraba, se sentía muy mal. Así que solo comenzó a cortar y a cortar, todo su cuerpo, hasta que saliera mucha sangre.

A las horas, llegó el párroco y encontró a Samuel, ya sin vida, todo desangrado en el suelo de la capilla con sus ojos abiertos y llorosos. Con una mano sujetando la cruz y su otra mano sujetando un vidrio que estaba encajado justo en su garganta.

... nadie nunca escuchó.




Here is more than meets your eyes...
KT.

No hay comentarios:

Publicar un comentario