y las lágrimas se volvieron alcohol y las uvas heridas,
y sobrevivir una canción con la cual me ducho cada mañana.
sonó esa vieja canción por última vez, y el mundo se vino abajo con un cohetón
mi vieja cayó, y caí yo,
y cayó el alcohol de nuestros ojos
y no hubo uvas este diciembre
pero lo que si estuvo presente
fue el eco de nuestra mente.
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