y con él el sentido del universo,
de tu universo
al cual ya no pertenezco.
Tomé asiento en el sofá,
en nuestro sofá
retirado en la esquina de ese café,
nuestro café.
Mirando al techo,
sabiendo las tantas conversaciones que han ocurrido ahí,
recordando las nuestras
que aún seguían frescas.
"Ya nada es igual" - pensé
mientras bebía ese vaso que ahora es más agua que café
sin crema, que antes vendían
y con el techo manchado y desbaratado.
Posiblemente siempre fue así:
el café siempre supo mal,
la crema a veces ya no estaba,
y el techo siempre tuvo la mancha.
Nada de eso importaba,
cuando era nuestro el universo,
porque ahora sonríes en las fotos.
porque ahora sonríes en las fotos.
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